Aquí cuelgo capturas fotográficas del Copetón de Galápagos (Myiarchus magnirostris), que he tenido la fortuna de admirar y escuchar en distintas caminatas en los alrededores de Puerto Velasco Ibarra, dentro del lluvioso y tórrido mes de marzo que ha traído verdor al bosque seco y la calidez de hierbas rastreras rojizas al filo marino, nutriendo y tonificando el paisaje de rincones que prosperan en la poesía visual de Floreana Salvaje. A veces ellos me ubican y perciben o al revés yo los percibo y ubico en el follaje tupido o escaso de la diversidad de pisos ecológicos isleños. En todo caso, su presencia melódica, es insoslayable ya sea andando por la orilla rocosa o los flancos boscosos de la vía a la parte alta del cerro Pajas y el cerro Asilo de la Paz.